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Síndrome de Cushing

El síndrome de Cushing – también conocido como hipercortisolismo – es una enfermedad provocada por el aumento de la producción de la hormona cortisol producida por las glándulas suprarrenales. Apenas afecta a un 0,1% de la población total.

Entre las causas más habituales para el síndrome de Cushing están los efectos secundarios de tomar medicamentos esteroides antinflamatorios – para afecciones como el asma o la artritis reumatoidea -, una excesiva producción de la hormona corticotropina o un tumor hipofisario o de la glándula suprarrenal.

La hipertensión arterial asociada al Síndrome de Cushing es un dato muy frecuente y se comunica en cerca del 80% de de los pacientes, con una prevalencia del 50% cuando esta enfermedad surge en niños y adolescentes.

Habitualmente, la constitución y la condición física del paciente pueden dar indicios de la presencia de este síndrome pero una de las pruebas diagnósticas más clara la determina la exreción urinaria de cortisol durante 24 horas. Unos valores superiores a 110 mmol (40 μg) pueden ponernos sobre aviso de la presencia del síndrome.

El diagnóstico se confirma mediante la prueba de supresión con dexametasona en dosis bajas de 2 días (0,5 mg cada 6 h hasta un total de ocho dosis) o la prueba de supresión nocturna con dexametasona (1 mg a las 23.00 h). En la prueba de 2 días, una excreción urinaria de cortisol mayor de 27 mmol (10 μg) al día el día 2 indica un síndrome de Cushing.

Esto mismo es aplicable cuando la concentración plasmática de cortisol es mayor de 140 mmol/l (5 μg/dl) a las 8.00 h en la prueba nocturna. Un resultado normal excluye la posibilidad de un síndrome de Cushing.